Hace unos días, terminé nuevamente Drácula, la gran diferencia es que ahora el libro es de mi propiedad, y no un simple préstamo con fecha límite.
Eso de leer con un contador sobre las hojas, me molesta, porque si bien leer es mi mayor pasatiempo, la idea de tener que leer a cada instante y no cuando quiera, es desagradable.
Ancianas bibliotecarias (mis disculpas a las bibliotecarias jóvenes y a los bibliotecarios, pero hoy nos regiremos por los clichés) y sistema, los libros no son películas, no se leen en su mayoría de una sola y gran tajada!!
Quizás solo "le pongo color", pero cuando adoras leer y amas los libros, la idea de regresarlos y de tener límites para su uso, resulta triste.
Sin más que decir.
Reyan fuera